pétalo a pétalo
se desnudará la flor de tu alegría
entregándose a mi cuerpo
débil
ilusa
simple e inocente
Entonces, no correrá más sangre en tus venas
sino el sudor de tus propias lagrimas
que rondará inquieto, desesperanzado e incesante
en aquel laberinto infinito.
Así, no habrá mal que no deambule en tu ser,
Serás dueña y portadora de todos los infiernos;
jamás escrita o pensada, no habrá tragedia que no vague en tu alma.
esperanzada
pura
inocua e ingenua
buscarás la salida
pero ni el fin de tus suspiros dará calma a tu vida:
!ya me perteneces!
03/06/06 - (por entonces) Jean
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