mientras revolvía tu té,
me hablabas del sur:
de viajar al sur,
de respirar el sur,
de vivir el sur...
yo pensaba:
¿para qué tanta piel,
tantos huesos,
tanta carne?
para mí siempre vas a estar insuficientemente desnuda
(y yo, siempre, voy vivir para desnudarte,
luchando contra las absurdas reglas de la anatomía
que nos tienen tan lejos,
tan lejos,
tan lejos)
lo que te pasa a mí, me pasa a vos.
martes, 22 de julio de 2008
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5 comentarios:
pero el volcan nos puede ayudar JE
ok ok ok ok ok.
me gusto este.
vos. vos cada día escribís peor eh..
con cariño,
tu lectora automática.
uno, por suerte, nunca termina de desnudar al otro... capa sobre capa sobre capa sobre capa...(que no sea como las cebollas: que cuando llegás a la última, ya no queda ni la nada)
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