la sangre,
la saliva,
los días que no te busco,
el recorrido de mi mano en el aire,
el ruido de las monedas en el colectivo,
el aire a mañana, a mañana desnutrida,
la señora durmiendo en el banco,
su ropa, sus canciones, sus labios
sus anillos:
el vicio estúpido y desesperante de atarme a la primera idea, a la primera imagen, a la primera palabra para no morirme de soledad.
jueves, 11 de septiembre de 2008
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