martes, 22 de julio de 2008

mientras revolvía tu té,
me hablabas del sur:
de viajar al sur,
de respirar el sur,
de vivir el sur...
yo pensaba:
¿para qué tanta piel,
tantos huesos,
tanta carne?

para mí siempre vas a estar insuficientemente desnuda

(y yo, siempre, voy vivir para desnudarte,
luchando contra las absurdas reglas de la anatomía
que nos tienen tan lejos,
tan lejos,
tan lejos)



lo que te pasa a mí, me pasa a vos.

miércoles, 16 de julio de 2008

veo las palabras que salen del agua
veo el sol que se esconde entre las piedras
veo los hombres que huimos aterrados
y veo la mujer que se acuesta desnuda en la arena
y se deja ahogar por las palabras,
como en un orgasmo eterno
e inverbalizable.


25 de octubre de 1938

hojas

Tu nombre florece entre mis cosas
y en tu nombre adivino tu ausencia.

Así, te sufro en tus propios jardines
y dejo que mis cosas me miren,
como con lástima.

lunes, 14 de julio de 2008

rezo

que haya palabras
que desangren el viento.
que no dejes de ahogarte
en mi cuerpo.

Mordaza:
cae
y déjame decir:

abajo de un triste ombú
un joven lee
en un tablero de ajedrez
donde de las viejas batallas épicas
no queda más que un recuerdo bicolor.
Mientras tanto, las generaciones perdidas
discuten, pelean y mueren bajo el sol.

Ciudades:
caigan.
Desnúdense.

y hasta en las muertes que me figuro,
me siento tan vivo:
con vos cerca es un despropósito hablar de la muerte.
quiero que las palabras que escribo
me corten las venas
para no tener manos
para no poder escribir más.

(y así seguir escribiendo
y cortandome las venas)
leo, escucho, escribo, dibujo,
garabateo, murmullo, hablo y grito
buscando siempre una palabra,
una palabra que me diga algo,
una palabra que, aunque sea,
intente razguñar el viento.
No hay caso:
tu imagen es impenetrable
y las únicas palabras legitimas
son las que salen de tu boca.

ahora que me tenés tan desnudo
¿por qué no hablas?
necesito que me vistas con tus palabras.

un harapo sucio de linyera, nada más.
Para poder dormir en la calle debajo de un diario viejo
y en las noches de lluvia,
empaparme de palabras y de crimenes.