martes, 20 de mayo de 2008

escuchando artaud

Las hojas amontonan los ríos.
Pobre inocencia de la sangre que no huye a la luz,
hija del sol
- muerte, muerte, muerte, muerte
muerte-
Destellos de hacedores inquebrantables,
ruidos de otras tierras.
La muerte se inunda en tu espacio,
pero tu presencia es inocua.
-Vértigo, gris-
Abismo: no sabés de las ciudades que hacen de vos un culto.
Ella duerme- ausencia omnipotente, omnipresente-
Ella duerme -dios es el diablo-
Que los sonidos traigan cementerios barrocos
¿no ven que el verano es tirano?
que pueda dormir en esas cuerdas
el niño que se desprende de mis pies.
no lo miren, gesticulo.
las pupilas, anacondas, los ojos, anacondas, los parpados, anacondas,
no son de dios. !no lo miren!
déjenlo: el lumpenismo emocional hace estragos en la tierra de las supersticiones.
supersticiones que son la espera
-amanecer amistoso, no. frio, frio, frio, frio-
No te mientas:!BASTA!
no te mientas:
lejos muere el hombre que escribe explicaciones de papel en los pétalos de su sangre.
!ah!
aunque lo sepas, no lo busques:
la paz es un tormento
y aunque El Extranjero conozca los cajones y las cuerdas de los muertos
que el mismo ha creado
nunca, nunca, podrá quemar su piel:
no son de cristal los ojos de El Volcán,
ni las pulgas de tus recuerdos son caminos inconclusos.
No te mientas: estamos perdidos.
El camino es uno solo y yo ya he visto su final... NADA.
Canciones de inocencia: !que sean de El Volcán!
!Que El Extranjero no sepa nunca más de sus fulgores!
¿Para qué?
el encierro es inminente
carne seca del pasado
carne seca del pasado
carne seca del pasado
carne seca del pasado
carne seca del pasado
!todo lo que encuentro en mis manos:
carne seca del pasado!
-sabría ser caníbal,
de mi mismo
porque mi raza es esta: carne muerte, YO.-
Yo soy mi raza.
No hay sombras ni tiempos decretados.
Sólo yo que soy la sombra y los tiempos decretados.
-El extranjero no entiende, son espejos-
Él, El Volcán,
Los Sonidos,
dios, y el diablo -ella duerme-,
son el resto.
Creen saber del despertar,
no entienden: el puente esta quebrado.
Lejos: las palabras de la infancia,
la sangre, la sangre verdadera, que podría ser mi raza.
Aquí: sólo nosotros, ahora o mañana (instante vago y eterno),

estás palabras extrañas con las que no puedo desnudarme,
palabras que no son más que vidrio:
sangra mi boca.
-chorros, chorros, chorros, chorros
chorros, chorros, chorros, chorros-
y la sangre impura
-chorros, chorros, chorros, chorros,
chorros, chorros, chorros, chorros-
Aquí no hay nadie que escriba explicaciones
de papel en los pétalos de su sangre.
No, ni siquiera eso.
La sangre aquí sólo fluye,
aunque no huye nunca a la luz.
Sangre inocente y estúpida.
Ahora (siempre) El Extranjero dice que nos vamos,
que siente el fulgor,
que las manos oscuras
y el vértigo deslumbrante son también primavera.
Idiota.
No importa: el Sol, quizás, también sea de soledades.



2 comentarios:

srita. limón dijo...

"¿Acaso no son el verde y el amarillo cada uno de los colores opuestos de la muerte, el verde para la resurrección y el amarillo para la descomposición y la decadencia?"

Artaud, carta a Jean Paulhan, París, 1937

un recorrido mui personal.

es la reina y... (otradelasmías) dijo...

hasta las persianas
andan por ahí
arrastrando rodillas

hasta las persianas
insistirán en el grito
cuando hayan explotado
todas las ventanas